El glaucoma afecta a más de un 3% de la población y es, junto con la diabetes, la principal causa evitable de ceguera en España. Afecta principalmente a personas mayores de 40 años y a aquellos con antecedentes familiares de glaucoma. También se observa una mayor incidencia de esta enfermedad en aquellos pacientes en tratamiento con corticoides, alertan desde la Sociedad Española de Glaucoma.
“La presión intraocular normal suele situarse por debajo de 21 milímetros de mercurio”, señalan, al tiempo que apuntan a que, en determinadas situaciones patológicas, esta puede aumentar ya sea de forma aguda o crónica. Este aumento de presión provoca el daño del nervio óptico, lo que supone la pérdida progresiva de la visión periférica. En la mayoría de los casos esta alteración es gradual e indolora por lo que muchos pacientes no la perciben hasta que es permanente e irreversible.
Por este motivo, los oftalmólogos recomiendan realizarse exámenes oculares periódicos, como los que miden la presión de los ojos. Si el glaucoma se diagnostica de forma temprana, la pérdida de la visión se puede reducir o prevenir. Por ello, las personas que padecen glaucoma, necesitarán tratamiento o control durante el resto de sus vidas.
La Sociedad Americana de Oftalmología señala que el glaucoma puede manifestarse de formas diferentes en función del tipo. El conocido como glaucoma de ángulo abierto no presenta signos de advertencia ni síntomas durante las primeras etapas. A medida que la enfermedad progresa, se desarrollan puntos ciegos en la visión periférica. “La mayoría de las personas con glaucoma de ángulo abierto no notan ningún cambio en su visión hasta que el daño es bastante grave. Es por eso que al glaucoma se le llama ladrón silencioso de la visión”, alertan. En el caso del glaucoma de ángulo cerrado, los síntomas iniciales pueden incluir visión borrosa, halos de luz, dolores de cabeza leves o dolor en el ojo. Y en el caso del glaucoma de tensión normal, las personas que lo desarrollan tienen una presión ocular dentro de los rangos normales, pero muestran signos de glaucoma como puntos ciegos en el campo de la visión y daño del nervio óptico.