La migraña es una enfermedad neurológica que se manifiesta con un dolor de cabeza intenso o grave. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la octava enfermedad más discapacitante de la humanidad en días de capacidad por años vividos. Además del dolor de cabeza, puede acompañarse de vómitos, intolerancia a la luz e, incluso, al sonido. Por ello, los expertos recomiendan evitar los factores que pueden desencadenarla, como el estrés, el alcohol o la cafeína.
Según datos de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), el origen de la migraña es una combinación de factores ambientales y genéticos. “Algunas familias son especialmente propensas a sufrirla y la genética influye en el tipo de migraña que sufren las personas afectadas”, señalan, al tiempo que recuerdan que hay diferentes factores que pueden dar lugar a estas crisis, como la deshidratación, tener malos hábitos de sueño o una dieta poco saludable.
Esta puede ser episódica, es decir, con crisis de hasta nueve días al mes, o crónica, cuando se dan en quince días o más.
Además, existen distintos tipos de migraña, por lo que los especialistas en Neurología prescribirán uno u otro tratamiento en función de su tipología. La migraña sin aura provoca un dolor fuerte que interfiere en la actividad habitual. Suele manifestarse en un lateral de la cabeza con pulsiones (latidos del corazón), dura entre 4 horas y tres días y puede provocar intolerancia a la luz, a los sonidos y a los olores. En el caso de la migraña con aura, esta incluye más síntomas, como los previos, que afectan a sentidos como vista, tacto y lenguaje.
Asimismo, existe la conocida como migraña menstrual, relacionada con la bajada brusca de los niveles de estrógenos, situación que habitualmente se produce antes de la menstruación.
Desde AEMICE, señalan que, si bien no existe un tratamiento curativo, es una enfermedad manejable. “Tu médico te indicará la forma más adecuada para poder controlar la enfermedad y mejorar tu calidad de vida”.